“Me gusta leer los libros, no tenerlos”, avisa Miriam Molero con total desapego. Siempre fue bicho de biblioteca y cree que los libros están para que circulen y no para que queden archivados en los estantes de las casas. “Hay que desmitificar eso de que las bibliotecas son lugares viejos y aburridos porque no es cierto; hay muchas muy modernas y con muchísimo material”, sentencia.